Tantra o Yoga. Estudios clínicos, 1ª parte: Yoga

Автор: Oscar R. Gómez

Журнал: Revista Científica Arbitrada de la Fundación MenteClara @fundacionmenteclara

Статья в выпуске: 2, Vol. 2, 2017 года.

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Varios estudios clínicos muestran cómo los ejercicios de las tradiciones védicas, como el yoga, o budistas theravada o mahayana así como las prácticas tántricas tienen un impacto psicobiológico significativo. Este estudio busca el correlato neurofisiológico de las prácticas llamadas meditaciones tántricas y no-tántricas mediante una revisión sistemática cualitativa de los datos recolectados. Primero se verificaron los resultados de las no-tántricas, luego se recolectaron los datos de las tántricas, se las comparó y presentamos el resultado dividido en tres partes. En esta primera parte se encontró que las no-tántricas crean una mejor respuesta de relajación con actividad parasimpática incrementada e inhibición del sistema simpático, que induce un estado hipometabólico de descanso profundo donde el practicante permanece despierto y su atención, en «alerta tónica» con los síntomas correspondientes a ese estado hipometabólico -hipotonía, disminución del consumo de oxígeno, de la tasa cardíaca y de la concentración de lactato en sangre-, modificación del normal funcionamiento endócrino, aumentos en la concentración de fenilalanina en los meditadores avanzados, en los niveles de prolactina plasmática, un incremento de cinco veces en los niveles plasmáticos de arginina vasopresina, mientras que la hormona estimulante de la tiroides disminuye de forma crónica y aguda. Esta investigación abre el camino para desarrollar estudios clínicos longitudinales, para confirmar los efectos benéficos a largo plazo de las prácticas y establecer mecanismos para contrarrestar los secundarios indeseados mostrados aquí.

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Estudios clínicos, yoga, meditación, theravada, vipassana, mahayana, zen, mindfulness, EEG, ECG, IRMf, neuroimágen, neurofisiología, inmunología, endocrinología

Короткий адрес: https://sciup.org/170163621

IDR: 170163621   |   DOI: 10.32351/rca.v2.2.11

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Introducción – Primea parte

Como señala Basu (2016), a diferencia de las prácticas de meditaciones de yoga, theravada y mahayana, la práctica de vajrayana –tantra- no cultiva la relajación sino un estado de máxima alerta. Es decir: estar consciente y despierto. Las escrituras tántricas «reservadas solo para los gobernantes» apuntan a incrementar el estado de alerta y advierten contra la calma excesiva (Rinpoche, 1999).

Por el contrario, las escrituras y las instrucciones de meditación de la tradición védica, yoga, theravada o mahayana que se difunden masivamente apuntan a lograr quietud y calma (Holmes, 1984) (Amihai, 2014).

Esto pone de relieve las consecuencias filosóficas, sociales y culturales de estos diferentes tipos de meditaciones tántricas «activas» y yoga, theravada y mahayana «contemplativas». Esta revisión reúne la evidencia científica disponible en relación al posible correlato neurofisiológico de las practicas llamadas genéricamente «meditaciones» para confirmar con evidencia científica si los objetivos de cada grupo se cumplen y verificar si en el cuerpo también se refleja esa oposición teórica.

Mediante estudios clínicos, se muestra cómo los tipos de meditación de las tradiciones védicas, como el yoga o budistas, crean una mejor respuesta de relajación y un estado de «alerta tónica» –involuntario- con actividad parasimpática incrementada (Wallace, 1971) (Wu, 2008), mientras que la prácticas tántricas crean mejores respuestas cognitivas y fisiológicas: aumento de la excitación y «alerta fásica» (Petersen, 2012) (Sturm, 1999) y, al mismo tiempo, reducirían significativamente los niveles de estrés (Batista, 2014).

Esta revisión se ha dividió en tres tópicos. En esta primera se revisan los correlatos neurofisiológicos de los resultados de las prácticas meditativas derivadas del yoga y budismo theravada y mahayana. En la segunda se revisan los resultados de las prácticas tántricas y en la tercera se comparan entre sí.

El único aspecto común entre las técnicas tántricas y no-tántricas, y sus diferentes procedimientos, es el de que todas intentan modificar las pautas conductuales, cognitivas y fisiológicas de los practicantes, sin embargo, al ser tan diferentes los procedimientos empleados en dichos ejercicios así como los resultados obtenidos de la práctica, encontramos el error generalizado de intentar verificarlas juntas para determinar los mecanismos y efectos clínicos de ambas técnicas de meditación (Travis, 2010). Con lo cual analizaremos la actual evidencia científica estudiándolas, como señalamos, primero por separado para interpretar luego las diferencias clínicas.

Metodología

Revisión sistemática cualitativa de estudios disponibles acerca de las consecuencias neurofisiológicas de las meditaciones practicadas en las escuelas de yoga, theravada, mahayana, vipassana, budismo zen y mindfulness. Búsqueda bibliográfica utilizando las siguientes palabras claves: yoga, meditación, theravada, vipassana, mahayana, zen, mindfulness e insight. Todas las palabras se buscaron de forma individual y, cada una, unida mediante el conector booleano correspondiente a cada una de las siguientes palabras claves: EEG, ECG, IRMf, neuroimágen, neurofisiología, inmunología y endocrinología. Se realizó la búsqueda con las palabras claves en español e inglés, utilizando las siguientes plataformas: MEDLINE –PubMed-, ISI Web of Knowledge, TripDatabase, Biblioteca Cochrane y se revisaron de forma exhaustiva también las referencias de los artículos consultados. La búsqueda incluyó artículos publicados con anterioridad a mayo de 2017.

Existe una gran variedad de técnicas llamadas «meditación» con tan disímiles formas y objetivos, que resulta imposible crear taxonomías que las engloben con lo que debería emplearse en la clasificación la palabra «ejercicios» de yoga, mahayana, theravada, vipassana o tántricos. Para esta investigación llamaremos técnicas de meditación no-tántricas a las que se desprendieron de las tradiciones védicas, yoga, theravada, mahayana, vipassana, zen y mindfulness. Y técnicas de meditación tántricas a las que se originaron a partir del tantrismo esotérico hindú y del budismo tántrico esotérico o vajrayana.

Desarrollo 1ª parte: No-tántricas

Uno de los primeros estudios realizados sobre las consecuencias fisiológicas de las llamadas «meditaciones» fue el realizado por Benson, Rosner, Marzetta y Klemchu quienes concluyeron que las técnicas de meditación producen una respuesta hipotalámica asociada con una disminución de la actividad del sistema simpático y una disminución de la presión arterial «que posiblemente no esté asociada con ese mecanismo sino con el efecto placebo» (Benson, 1974).

Los estudios realizados por Benson fueron sobre MT -meditación trascendental-, derivada de la tradición védica y mindfulness, asumiendo el autor que sus resultados se aplicarían a las técnicas de meditación en general (Petersen, 2012).

Podemos decir que los resultados de las investigaciones realizadas sobre MT y mindfulness, indican que esas prácticas resultan en cambios fisiológicos indicativos de una mayor activación del sistema nervioso parasimpático y disminución de la actividad simpática (Wu, 2008), como la disminución del consumo de oxígeno y la eliminación del dióxido de carbono, la disminución de las tasas cardíaca y respiratoria y una marcada disminución de la concentración de lactato en sangre (Wallace, 1971).

Como los resultados fisiológicos de la meditación son los mismos resultados que se producen durante la relajación Benson señaló que las respuestas que se producen durante la meditación son respuesta de relajación y, como señalamos, al asumir que se aplicaban a todo tipo de meditación, recomendó como útil descontextualizar a los diferentes tipos de meditación de su base filosófica y cultural argumentando que independientemente del mecanismo, la relajación descrita, la técnica meditativa, «es un método eficaz para reducir la presión y que la técnica de relajación se aprende fácil y económicamente, se practica sin costo y no tiene efectos secundarios» (Benson, 1974) [Ver apéndice 1 a].

En este artículo se señala que sí tienen efectos secundarios tanto fisiológicos como cognitivos y conductuales.

Las consecuencias fisiológicas de relajación, de este grupo de meditaciones no-tántricas, encontradas por Benson se confirman por muchos estudios posteriores como lo señala Chiesa (2009) al concluir que un estudio de comparación directa entre mindfulness y entrenamiento de relajación estándar encontró que ambos tratamientos fueron igualmente capaces de reducir en algo el estrés, sin embargo, mindfulness fue capaz de reducir el pensamiento rumiante [1] (Jain, 2007) y la ansiedad, así como aumentar la compasión por sí mismo del practicante (Chiesa, 2009).

Chiesa, en un estudio posterior, muestra mediante la utilización de neuroimágen que mindfulness así como la psicoterapia cognitiva basada en la atención plena -MBCT- es eficaz para reducir las recaídas en depresión de pacientes con tres o más episodios anteriores a la práctica, que la meditación zen reduce significativamente la presión arterial y que la meditación vipassana muestra eficacia en la reducción del consumo de alcohol y abuso de tóxicos (Chiesa, 2010) (Buksbazen, 2002).

Otro estudio científico realizado en el Laboratorio de Fisiología Celular e Inmunología de la Universidad Rockefeller, NJ, EE. UU., sobre esas formas de meditación no tántricas, concluyen que la meditación genera un estado hipometabólico de vigilia de predominancia parasimpática y se compara con otras condiciones hipometabólicas como el sueño, la hipnosis y el letargo de la hibernación. Y concluye en que hay muchas analogías entre la fisiología de los meditadores a largo plazo y los hibernadores a través de la escala filogenética. Estas analogías inducen a la idea de que la plasticidad de la conciencia es el factor clave en la adaptación biológica exitosa (Young, 1998).

Estos estados meditativos, caracterizados fisiológicamente por un estado hipometabólico de vigilia y de predominancia parasimpática, se presentan tradicionalmente como un estado de conciencia alterado derivado de la cultura védica y generalmente se asocian con el logro de «estados espirituales superiores».

Señalan Young y Taylor (1998) que el desarrollo de la meditación se podría considerar en el contexto de la evolución biológica como una respuesta adaptativa en humanos que tiene analogías con los organismos inferiores a través de la escala filogenética. Observan además que la inducción de un estado hipometabólico es producida por tipos específicos de práctica meditativa concluyendo que «cuando se practica una o dos veces al día durante solo 20-30 minutos, las técnicas más simples parecen tener efectos persistentes y medibles en el metabolismo que son exactamente opuestos al reflejo de la lucha/escape» [2].

Otro estudio llevado a cabo por Jevning, Wallace y Beidebach, sobre el efecto de la meditación trascendental -MT- demostró que el hipometabolismo se incrementa notablemente en el meditador avanzado en comparación con el principiante incluyendo, en practicantes avanzados, episodios de suspensión respiratoria que están altamente correlacionados con informes subjetivos de lo que se llama en yoga la «experiencia de la conciencia pura» (Jevning, 1992).

Este estudio mostró además aumentos dramáticos en la concentración de fenilalanina en los meditadores avanzados. De manera similar, el metabolito urinario de la serotonina (ácido 5-hidroxiindol-3-acético) es mayor en los meditadores que en los controles en reposo y los niveles también aumentan significativamente inmediatamente después de que el período de meditación concluye.

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