Kierkegaard, Freud, Lacan, Nasio y la Repetición

Автор: Jesús María Dapena Botero

Журнал: Revista Científica Arbitrada de la Fundación MenteClara @fundacionmenteclara

Статья в выпуске: 2, Vol. 3, 2018 года.

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Lacan recomienda la lectura de Kierkegaard, un autor que Freud no cita, con lo cual nos invita a una experiencia transdisciplinaria sobre la noción de repetición, como elemento de lo inconsciente, en un intento de dar mayor profundidad filosófica al propio Sigmund Freud. Se parte de la pregunta de Kierkegaard si la repetición es posible. Para los presocráticos no era posible ya que el mundo es inmóvil para ellos, mientras para Heráclito estaba en un continuo devenir dialéctico, la cual se anticipaba a Hegel, filósofo bastante estudiado por Lacan. Para Kierkegaard, la repetición es la vida misma. Nasio nos muestra dos tipos de repetición: la sana y la patológica, asunto que tratamos de dilucidar aquí, de la que podemos liberarnos por la elaboración a través de la reviviscencia, síntesis de la inmovilidad presocrática y el devenir heraclitiano.

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Repetición, Kierkegaard, Freud, Lacan, Nasio, Psicoanálisis, Filosofía, Dialéctica, Elaboración, Reviviscencia, Repetición sana, Repetición patológica

Короткий адрес: https://sciup.org/170163637

IDR: 170163637   |   DOI: 10.32351/rca.v3.2.44

Фрагмент статьи Kierkegaard, Freud, Lacan, Nasio y la Repetición

Introducción

Este breve artículo fue realizado por una inquietud, que surgió en un grupo de estudio en el que participo, desde Galicia, España con antiguos colegas psicoanalistas de Medellín, Colombia, quienes me invitaron a aprender con ellos, en un grupo de lectura y reflexión ulterior de la obra de Juan David Nasio, ¿Por qué repetimos siempre los mismos errores? Como un tratado de la compulsión a la repetición. Pero nos preguntábamos si, siempre, la repetición corresponde al concepto de pulsión de muerte.

Yo evoqué que, en su afán de dar más sustento filosófico al psicoanálisis, práctica que Freud llevaba a cabo con citas, que yo recuerde a Stuart Mill y a Schopenhauer; entonces, les planteé que Lacan recomendaba a los asistentes a sus seminarios, que revisaran un poco la obra La Repetición de Sǿren Kierkegaard, un texto, que me resultó bastante complejo de leer, por lo que retomé a otros autores, que hablaban sobre la repetición en el filósofo danés, quien ha sido bastante amado por mí.

Lacan abreva en la filosofía para repensar el concepto freudiano de repetición; así, el psicoanálisis y el amor al saber operen desde distintos campos, lo que permite una experiencia transdisciplinaria; pero el uno y la otra se interesan por la repetición para otorgarle sentido a los fenómenos psíquicos, sin que ninguno pueda atribuirse toda la verdad del conocimiento absoluto sobre el psiquismo.

Lacan, en pleno siglo XX, apelaría al pensamiento filosófico, para dar una mejor estructuración a la teoría de Sigmund Freud; tal vez, por ello, entre otras cosas, se convertiría para la IPA, en piedra de escándalo hasta llegar a la excomunión, puesto que tanto la filosofía, en general, como el existencialismo, en particular y el mismo psicoanálisis intentan pensar al ser humano.

El psicoanálisis introduce el concepto de inconsciente como objeto de estudio. Ya, Louis Althusser nos informaba que Lacan decía que el psicoanálisis es la ciencia del inconsciente (Althusser, 1970).

Y dentro del inconsciente está subsumida la noción de la repetición.

Mientras Sǿren Kierkegaard, supuesto padre del existencialismo, se preguntaba si en realidad una repetición era posible, propuso distintos tipos de repetición acordes con determinados momentos existenciales (Kierkegaard, 2009).

La originalidad del filósofo danés es que nunca antes ningún pensador se había atrevido a pensar la repetición como una categoría filosófica; así, dicho autor tome su fuerza para hacerlo de la filosofía griega, en particular de los presocráticos como Parménides, Zenón de Elea (Osorio, 2002) y sus discípulos, quienes pensaban que no había movimiento en el mundo, en el que todo era estático, más el obscuro y enigmático Heráclito, quien pensaba todo lo contrario, que la esencia del mundo era el movimiento y anticipaba una dialéctica, con sus tesis, antítesis y tesis, tal como la planteara Hegel (Gadamer, 2005), otro filósofo, bastante bien estudiado por Lacan (Borch-Jacobsen, 1995).

Pero entre la inmovilidad como tesis y la movilidad como antítesis, Kierkegaard propone una síntesis, la repetición, así está se acerque más a la dialéctica heraclitiana, en un mundo en el que nadie se baña jamás en el mismo río, que siempre es distinto (Soto, 1999).

Para Kierkegaard, la repetición es la vida misma, porque toda vida es una repetición, hasta llegar a afirmar que sólo una, que constituye una auténtica repetición, es la que puede hacer feliz a alguien y enunciar:

¿Qué sería, al fin de cuentas, la vida si no se diera ninguna repetición? ¿Quién desearía nada más que un tablero en el que tiempo apunte a cada instante con una frase nueva o el historial de todo lo pasado? ¿O ser sólo un tronco arrastrado por una corriente fugaz y novedosa, incesante, blandengue, embaucadora, debilitadora del alma humana?

Nasio nos habla de dos tipos de repetición (Nasio, 2013):

1.Sana, que, como efecto benéfico, conserva y afirma nuestra identidad en el tiempo, que permite una plenitud personal.

2.Patológica, la cual lleva a una repetición inexplicable de nuestros errores y fracasos, con una necesidad imperiosa de volver a representar, sin cesar, una experiencia infantil, sin que tengamos conciencia de ello. Así, un hombre, que multiplica las rupturas amorosas por no poner encontrar a la mujer ideal, a su madre, que aparece en las neurosis, en los trastornos relacionados con las drogas, el juego patológico, en algunas bulimias, en las perversiones sexuales o en la delincuencia, como pasa en aquellos, que delinquen por sentimiento de culpabilidad, que Freud no encarna, desafortunadamente, con algún personaje a la manera que lo hace con los seres excepcionales, como Ricardo III, o con los que fracasan al triunfar, como Lady Macbeth o la Rebeca de Ibsen (Freud, 1968).

La repetición, en Kierkegaard, es la condición humana, en sí misma y el gran danés haría una denuncia del olvido, que la filosofía moderna ha hecho de la repetición y se torna platónico en el sentido de las reminiscencias, cuando los hombres salieron de la caverna, lo que haría que la episteme de Platón considerara que todo conocimiento es reminiscencia, con todo lo apriorístico, que pueda haber en ella; pero, la existencia renueva la actualidad de las cosas pasadas, sin implicar un retroceso en el tiempo, de donde no representa ni regresión ni involución, ya que para el filósofo de marras es siempre trascendente, lleva en sí misma la consigna de que siempre se puede ir más allá, lo cual se emparenta con la concepción psicoanalítica de la repetición, cuando se trata de volver a pensar, aprender de la experiencia, en un estudio profundo de la vida anímica humana.

Repetir siempre implica querer ir más allá, para trascender los límites de lo establecido y cada una de ellas siempre hace proyectarse, en el sentido heideggeriano hacia algo nuevo, hacia algo, que aún no había sido considerado, de lo cual se toma conciencia, como un retorno del pasado en el presente, lo que nos acerca al concepto nasiano de reviviscencia, como elemento fundamental de la elaboración, del work through psicoanalítico, lo que hace posible que el trabajo psicoanalítico permita ver el pasado, desde el presente, para construirse un futuro distinto, punto que permite la síntesis entre la inmovilidad de Parménides y los Eleatas y el movimiento continuo del río heraclitiano, que siempre será el mismo; pero distinto, ya que nadie puede bañarse dos veces en el mismo río.

Entonces no se trata de la eterna repetición de lo mismo (M’uzan, 1978).

Conclusión

En suma, para Kierkegaard, las repeticiones, están determinadas por momentos existenciales de la vida y fue él, el primer pensador occidental en atreverse a plantearse el problema de la repetición, sin renegar de antecedentes filosóficos, como el quietismo de algunos presocráticos, que planteaban que en el mundo no había movilidad, a diferencia del Heráclito, que planteaba todo lo contrario, con una dialéctica, que se anticiparía muchísimo al pensamiento hegeliano, autor bastante estudiado por Lacan.

Para Kierkegaard, la repetición es la vida misma, la cual en algunos casos, podría aproximarnos a la felicidad, que incluiría lo novedoso en el río heraclitiano.

Para Freud, la compulsión a la repetición nos llevaría a un proceso enfermante; pero, el niño del carretel crea el habla, para elaborar en su juego, la ausencia de la madre; en la transferencia se repite, pero esta repetición, hace que si se recuerda y se revive – como diría Nasio – se rompa lo que operaría como una suerte de destino fatal; el chiste es la única formación del inconsciente, que rompe con la repetición.

Es así, que, Nasio nos habla de una repetición sana, beneficiosa, que afirma nuestra identidad en el tiempo y lleva a una mayor satisfacción realista en la vida; pero, habría otra de índole patológica, en la que se repiten situaciones traumáticas, en un intento de volver a representar los errores y fracasos a lo largo de la vida, hasta que no puedan elaborarse y revivirse en un proceso psicoanalítico, de tal modo, que cese por completo.

Así la existencia renueva la actualidad de las cosas pasadas, sin implicar un regreso definitivo a puntos de fijación, se puede progresar y salir de las regresiones, sin ser conducidos a deterioro alguno; puesto que la filosofía de Kierkegaard es trascendente y puede ir más allá, trascender los límites de lo establecido, en un proyecto, en el sentido heideggeriano.

Asimismo, un buen psicoanálisis, lo que haría es ver el pasado desde el presente, para construirse un futuro distinto, lo que nos libera de la eterna repetición de lo mismo, de la que nos tan insistentemente nos hablara Michel de M’uzan.

Еще

Список литературы Kierkegaard, Freud, Lacan, Nasio y la Repetición

  • Althusser, L. (1970) Freud y Lacan. Anagrama, Barcelona, 1970, p.18
  • Borch-Jacobsen, M (1995). Lacan, el amo absoluto. Amorrortu Editores, Madrid, 1995, 320 pp.
  • Freud, S. (1968) Varios tipos de carácter descubieertos en la labor analítica. (T. II). Biblioteca Nueva, Madrid, 1968, pp 1082-1094)
  • Gadamer, H-G. (2005) La dialéctica de Hegel. 3ª ed., Cátedra, Madrid, 2005, 152 pp
  • Kierkegaard, S. (2009) La repetición. Alianza Editorial, Madrid. 2009, 224 pp.
  • M’uzan, M. (1978) Del arte a la muerte. Un itinerario psicoanalítico. Icaria, Barcelona, 1978. 222 pp.
  • Nasio, J-D. (2013) ¿Por qué repetimos siempre los mismos errores? Paidós, México, 2013, p. 97.
  • Osorio Valencia, A. E. (2002) Introducción a la filosofía presocrática. Los orígenes de la metafísica, de la dialéctica y del nihilismo absoluta en Grecia. Centro Editorial de la Universidad de Caldas, Manizales 2002, pp. 232-234.
  • Soto González, M. (1999) Edgar Morin.Complejidad y sujeto humano. Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, Universidad de Valladolid, 1999, p.24. www.biblioteca.org.ar/libros/133208.pdf
Статья научная